Las tiendas de éxito siguen una regla simple: almacenan exactamente los productos que sus clientes demandan y ajustan dinámicamente su surtido. Para ello, es importante que los procesos en el fondo trabajen: La determinación de los niveles de inventario en tiempo real, el pedido de nuevas mercancías de manera oportuna y la comprobación de las entregas garantizan que el inventario satisface las necesidades de los clientes. El procesamiento de estos muchos procesos individuales sin errores es un reto importante, pero factible - siempre que se disponga de un sistema de gestión de mercancías de alto rendimiento.